Sequías y conflictos afectan el comercio marítimo

El comercio marítimo es una actividad vital para la economía mundial, ya que representa más del 80% del volumen del comercio internacional. Sin embargo, sequías y tensiones geopolíticas están afectando este sector. Se enfrenta a varios desafíos que amenazan su eficiencia y rentabilidad.

Restricciones al comercio marítimo en el canal de Panamá

Canal de Panamá
Canal de Panamá

La sequía es un fenómeno climático que reduce la disponibilidad de agua en los ríos y canales que conectan los puertos con el océano. Esto obliga a los buques a reducir su carga o a buscar rutas alternativas, lo que aumenta los costes y los tiempos de transporte. Por ejemplo, el canal de Panamá, uno de los pasos más importantes del transporte marítimo, ha tenido que imponer restricciones al calado de los buques debido a la baja de los niveles de agua en el lago artificiales Gatún y Alhajuela, que alimenta las esclusas. Esto ha provocado pérdidas millonarias para la autoridad del canal y para las navieras.

Tensiones geopolíticas en el Canal de Suez

Las tensiones geopolíticas son otro factor que afecta al comercio marítimo, ya que pueden generar conflictos armados, bloqueos o sanciones que dificultan el tránsito de los buques por ciertas zonas. Por ejemplo, el Canal de Suez, que conecta el mar Mediterráneo con el océano Índico, se ha visto gravemente afectado por la guerra en Israel y los ataques terroristas a buques de carga. Esto ha hecho que para enero el 85% de las embarcaciones hayan decidido tomar la ruta por el sur de África, por el Cabo de Buena Esperanza. Esto ha generado una gran incertidumbre y un aumento del riesgo y del precio del seguro para los buques que navegan por esta ruta.

Algunas soluciones

Estos dos factores, la sequía y las tensiones geopolíticas, tienen un impacto negativo en el comercio marítimo, ya que incrementan los costes operativos, reducen la competitividad y afectan a la seguridad y la sostenibilidad del sector. Por ello, es necesario buscar soluciones que permitan adaptarse a estos escenarios y mitigar sus efectos. Algunas de estas soluciones podrían ser:

  • Invertir en infraestructuras hidráulicas que garanticen el suministro de agua a los canales y ríos navegables.
  • Diversificar las rutas marítimas y explorar nuevas opciones.
  • Fomentar el diálogo y la cooperación internacional para resolver los conflictos diplomáticos y garantizar la libertad de navegación.
  • Apostar por la innovación y la digitalización para mejorar la eficiencia y la seguridad de los buques y los puertos.
  • Promover la transición energética y el uso de combustibles alternativos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático.

El comercio marítimo es un sector clave para el desarrollo económico y social del mundo, pero también es vulnerable a las amenazas ambientales y políticas. Por eso, es importante estar preparados para afrontar estos retos y aprovechar las oportunidades que se presentan.

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